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Lafita: «Me habría encantado un último año en el Zaragoza, pero fui honesto»
SANTIAGO VALERO
10/04/2018
—¿Le costó mucho decidir su despedida del fútbol?
—No ha sido algo drástico, lo contemplaba desde hace un año más o menos, tras los últimos meses sin jugar en el Al-Jazira. Ahí ya vi que podía ser en el verano pasado y me fui preparando mentalmente. En el paso para decir adiós tienes que tener una ocupación para que la retirada no sea de golpe y porrazo. Tengo ocupaciones y eso me ha ayudado a no cambiar mi vida de repente. Sí ha habido un cambio radical en el sentido físico y de horarios, pero no tanto mental. Además, cuando la mentalidad no está ya en el fútbol, el físico no acompaña.
—El verano pasado Lalo Arantegui no descartó su posible regreso al Zaragoza ¿Hubo opciones?
—Nunca se dio el caso real de sentarnos a hablar. Por parte de los dos nos habría gustado. A mí me habría encantado un último año aquí, pero las circunstancias del momento no se dieron. Cuando me desvinculo del Al-Jazira, la plantilla del Zaragoza está muy confeccionada y yo además no quería engañar a nadie. Así que no di ese paso, porque quería ser honesto conmigo mismo. Si no me veía al 100% para competir, no quería engañarme a mí mismo y menos al club de mi vida.
—¿Se le queda la espina clavada por no haber podido acabar su carrera en el Zaragoza?
—No, no la hay. Creo que he tenido mi época en el Zaragoza, en dos etapas y con cinco años en el primer equipo. Sí me hubiera gustado vivir otra época, disfrutar más de mi tierra y de mi equipo en el día a día. En la segunda etapa tras volver del Deportivo estuve sometido a mucha presión por las circunstancias, por aspectos deportivos y de fuera, por los problemas del club y yo además era en muchos momentos el único futbolista de la casa. Eso mentalmente me desgastó. Y eso se vio en el campo, porque no pude disfrutar tanto, lo que tuvo un reflejo en el rendimiento.
—Fueron tres permanencias (09-10, 10-11 y 11-12) agónicas…
—Sí, fue lo que me tocó. No era jugar por títulos, pero me siento orgulloso de aquello, di lo máximo sabiendo las circunstancias y el momento del club. Nunca en mi vida he jugado en Segunda, ni he bajado y aquellas permanencias fueron para mí como un título.
—Se fue al Getafe en el 2012 tras no renovar.
—No hubo un acuerdo, porque la otra parte no quería y así es imposible. Quería seguir y el Zaragoza me hizo una propuesta para que yo tuviera que decir que no. Manolo Jiménez quería que siguiera y ese era mi mayor deseo. ¿Dónde iba a estar mejor que en mi casa? Debí tomar una decisión complicada pero la tenía que tomar sí o sí.
—Era el Zaragoza de Agapito Iglesias. ¿Que piensa del expropietario del club?
—Me quedo solo con las cosas bonitas que viví. Con Agapito había diferentes ideas de ver el fútbol y el Zaragoza y cada uno las defendió. No entro en el daño que pudo hacer al club, cada uno hace lo que le dicta su conciencia.
—Fueron años convulsos, de sufrimiento deportivo.
—Era una locura. Y más al ser de aquí, que lo vives de una manera diferente por los amigos y la familia. Te llega más el sentimiento, lo que te juegas en cada partido, lo que sufre la gente. Todo lo sientes más. Era una situación continua de luchar por no bajar, con problemas que surgían y yo era uno de los capitanes, con esa responsabilidad. Fueron tres años muy duros, sin duda.
—¿Cuál fue la permanencia más difícil de las tres?
—La salvación con Manolo Jiménez fue la más épica, aunque todas tuvieron su momento. Recuerdo aquel partido contra el Racing donde logré mi último gol, pero fue más importante el tanto contra el Sporting.
—Aquel gol en El Molinón donde desvió el disparo de Zuculini...
—Le dije que hacia dónde le había dado. ‘A donde saliera’, me dijo. Y salió gol. Sin ganar en Gijón igual no hubiéramos llegado al final con opciones.
—Se fue al Getafe y en enero del 2016 al Al-Jazira. ¿Fue un error ir a Abu Dabi con 31 años?
—No. No me arrepiento. Tenía recorrido en España, pero era una oportunidad e igual ya no volvía ese tren. Me había roto la rodilla, llevaba compitiendo cuatro meses y, tras esa lesión tan gorda en la que hubo momentos en los que me planteé dejar el fútbol, me llegaba la ocasión que te soluciona tu futuro y el de tu familia. Llegué y jugué los primeros seis meses, conseguí la Copa del Presidente, hubo una limpia en la plantilla, un problema en el cupo de extranjeros y te daban opciones para salir, pero al final no las daban. Decidí quedarme aun sin jugar y al final hubo acuerdo.
—¿Cuál es su mejor recuerdo como jugador?
—El día que debuté en el Calderón (28-8-2005), que es un buen campo para empezar. Y el del Bernabéu (30-4-2012) desde luego quedará imborrable en mi vida. Más que los dos goles y que me hicieron el penalti, fue el partido en sí. Nadie daba un duro por nosotros, vas al Santiago Bernabéu y ganas. Son mis dos días más felices como zaragocista.
—273 partidos en Primera, doce temporadas en la élite, con 143 encuentros con el Zaragoza y 12 goles. ¿Está satisfecho?
—Bueno, si me lo dicen cuando tenía cinco años, no me lo creo. Estoy satisfecho porque siempre intenté dar lo máximo. ¿Que me podían haber ido mejor las cosas? Claro que sí. ¿Y peor? Seguro que también. Yo me siento orgulloso de mi carrera y sobre todo del respeto y el cariño que he conseguido que la gente tenga hacia mí, por el trabajo, por mi comportamiento y por mi carácter. Me siento más satisfecho de eso que de mis logros de jugador.
—Le faltó un título…
—Lo conseguí en Abu Dabi (sonríe). Bueno, en España sí, pero lo que más echo en falta es haber ido a la selección. Más que un título. Hubo un momento estando en el Deportivo que estuve a punto de ir. Es que además un título en las épocas y en los clubs en los que he estado es complicado, con el dominio casi absoluto del Madrid y el Barça.
—Menciona al Deportivo, donde se va en el 2007 cedido.
—Allí viví mi mejor época como jugador. Al salir fui realista, Víctor Fernández fue claro conmigo y se lo agradezco. Yo estaba empezando, había mucho nivel en aquel Zaragoza, con jugadores contrastados por encima de mí. Podía quedarme y jugar ratitos o irme fuera y hacerme futbolista. Fue una decisión acertada.
—El Zaragoza lo recompra en el 2009 y llegó el conflicto entre los dos clubs por la cláusula. Estuvo más de un mes sin jugar…
—Fue surrealista. Estuve en el medio de una discusión entre dos clubs por una mala interpretación de mi contrato. Yo quería jugar, era mi mejor momento, con 24 años… Lo pasé mal. Recuerdo estar todo el día al teléfono y rogar que se aclarara todo. Deseaba jugar con el Zaragoza, pero no tenía autoridad. Era cuestión de un juez. ¡Me pedían 25 millones, mi cláusula! Llamaba al abogado y le decía que yo no tenía esa barbaridad de dinero (sonríe) y él me tranquilizaba, pero fue una época terrible. La peor de mi carrera. Me levanté, pero estar en un juicio casi dos años pesa, por más que quieras estar concentrado y disfrutar, no lo puedes hacer.
—También habrá sido duro todo lo vivido por el tema del presunto amaño en el Levante-Zaragoza que ahora irá a juicio. ¿Cómo lo afronta?
—No puedo hablar mucho del tema, pero tengo la conciencia tranquila, eso por supuesto.
—En el escrito de LaLiga es uno de los ocho exculpados.
—Así es. Lo peor es la sombra de duda, que es un tema feo, desagrable. Lo mejor es que acabe cuanto antes.
—Es hijo de Lafita y sobrino de Villarroya, dos exjugadores del Zaragoza y desde infantiles estuvo en este club.
—Llegué al Zaragoza con 12 años. Es que yo he mamado el zaragocismo desde pequeño. Solo el hecho de que me llamaran a esa edad era algo increíble, luego el jugador es egoísta y cuando logra algo quiere dar el siguiente paso, siempre vas a por más y no te quedas satisfecho. Cuando debuté fue una ilusión de la hostia, pero al mes siguiente ya quieres consolidarte, jugar más, lograr 100 partidos… Siempre quieres más. Ahora al retirarme me doy cuenta de lo logrado y lo valoro mucho más.
—¿Con qué entrenador se queda en su carrera?
—Le estoy muy agradecido a Víctor Muñoz porque él me dio la oportunidad de debutar. Y de todos he aprendido. De Aguirre, mucho, Manolo Jiménez es peculiar, pero aprendí de él, también de Luis García, Lotina apostó fuerte por mí y con él fue mi mejor época como jugador, a Marcelino le tuve muy poco tiempo pero ya se le veían muchas cosas…
—¿Y el mejor jugador?
—Pablo Aimar me marcó mucho y eso que vino al Zaragoza en una época más baja en su carrera, pero hacía cosas increíbles. Ver un futbolista así, cómo recibe y se da la vuelta… Es que era diferente.
—¿Cómo ve al Zaragoza? —Lo primero, ahora es un Zaragoza normal y más estable en lo institucional. Eso es lo que pide un jugador. Deportivamente este paso por Segunda tan prolongado está siendo duro, pero ahora está en el mejor momento. Hablo mucho con Zapa y ahora vamos a ser hasta vecinos. Los veo en el momento propicio para lograr el objetivo de subir. El fútbol es de dinámicas y hay que aprovechar la actual, además vienen de abajo hacia arriba y eso es lo mejor.
—¿Cree que pueden mirar al ascenso directo?
—Están ahí. Yo iría a por todas y más en la dinámica actual. Ganar ocho partidos de nueve es una barbaridad. Les sale todo bien y hay que aprovecharlo. Ganas cuando lo mereces y a veces sin merecerlo. Eso es buenísimo.
—¿Qué le parece la apuesta por la cantera en esta temporada?
—Ya era hora, por fin… Cuando económicamente hay problemas, la vida te la van a dar los de casa. Por sentimiento y porque los has formado tú. En las malas épocas son los que te sacan las castañas de fuego. Este año se ha visto.
—¿Qué destaca de Lasure, Pombo, Delmás y Guti? —De Lasu me gusta el sacrificio y la constancia, de Pombo que tiene algo diferente. Es verdad que es irregular, y yo lo era también, pero propone cosas distintas. Guti es muy completo, con mucho recorrido, y de Delmás me gusta ese descaro que tiene.
—¿Qué sentirá con el ascenso?
—Me habría encantado ser protagonista de ese retorno, pero fui honesto y ahora a ver si lo vivo pronto como aficionado. Ojalá sea esta temporada ya. Será una alegría por el club, por la gente que estuvo jodida y ha tirado para delante y por la afición.
—Esa afición que llenó el derbi donde usted estuvo en el palco y fue ovacionado.
—Lo hablaba el otro día con mi padre en el palco. ¿Qué equipo tiene esta afición? Era acojonante ver el estadio. Es que hay muchos equipos de Primera que no tienen eso ni de lejos. La gente se merece ese ascenso, porque ha estado ahí en los momentos más duros. Es que llevamos sufriendo muchos años, con aquellas permanencias, con el descenso, ahora cinco temporadas seguidas en Segunda. El zaragocismo necesita esta alegría de subir, sería como un título y seguro que pondría un punto de cambio para que el equipo volviera ser lo que fue.
—Fue mucho. Recopa, Copas, habitual en la zona alta.
—Pero no se puede vivir del pasado. Eso es un error. El Zaragoza ha ganado títulos, pero esa no es la realidad ahora. En la vida hay ciclos y estás arriba y abajo. Mucho más en el fútbol.
—¿A qué se va a dedicar ahora?
—Tengo mis cosas en lo laboral, acaba de nacer mi hija y tengo dos niños más. No me va a sobrar tiempo. Quería hacer un paréntesis en el fútbol y volcarme en mi familia y amigos tras tanto tiempo fuera. Me quiero dar un año para los míos. Con el fútbol, voy a hacer un campus para este verano porque me encanta trabajar con niños y para otros retos con este deporte el tiempo dirá.
El miércoles 13 se conocerá el Balón de Oro de Aragón 2015
Finalizan las votaciones para el Balón de Oro de Aragón 2015 ( El Periódico de Aragón – 10/04/2016 )
Después de un mes de votaciones para seleccionar al mejor jugador aragonés del año pasado, en las que podían participar todos los lectores de EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, hoy 10 de abril es el último día para elegir el ganador de la primera edición del Balón de Oro de Aragón 2015. Desde nuestra Peña hemos aportado nuestro apoyo a Ángel Lafita y estaremos atentos al resultado y presentes en la Gala.
Desde el 13 de marzo los lectores han tenido la posibilidad de optar todos y cada uno de los días en los que ha durado la elección entre 16 futbolistas de la comunidad: Ander Herrera, del Manchester United; Rubén Gracia Cani, del Deportivo de La Coruña; Jesús Vallejo, Jorge Ortí y Sergio Gil, del Real Zaragoza; Álvaro Arbeloa, del Real Madrid; Ignacio Camacho, del Málaga; Ángel Lafita, del Al Jazira SC; Alberto Zapater, del Lokomotiv de Moscú; Juanjo Camacho y Óscar Whalley, de la Sociedad Deportiva Huesca; Fernando Soriano, del Almería; Víctor Laguardia, del Alavés; Jorge Miramón, del Leganés; Luso Delgado; del Córdoba, y Edu García, del Ebro.
El ganador del Balón de Oro se dará a conocer el próximo miércoles 13 de abril en una gala que se celebrará en el CaixaFórum de Zaragoza a las 20.00 horas. A este acto asistirán más de 200 personas invitadas entre peñistas, jugadores y representantes de clubs deportivos, aparte de los futbolistas nominados.
Este evento estará presentado por Chema Paraled, periodista de Aragón TV y presentador de Tempero, programa de la cadena de la televisión autonómica. En él se procederá a un visionado de distintos vídeos presentando la carrera individual de todos los nominados. También habrá un espacio para entrevistar al director de EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, Jaime Armengol, así como un pequeño acto en el que se reconocerá la labor de los patrocinadores que han participado para que esta primera edición del Balón de Oro saliera adelante, como la empresa cervecera Ambar y CaixaBank.
No solo se reconocerá al ganador del Balón de Oro, también se premiará al segundo y el tercer jugador más votado, ofreciéndoles un accésit. Posteriormente a la entrega de estos galardones al segundo y tercer premiado, se realizará una breve entrevista al jugador premiado por parte del presentador de la gala, donde se repasará brevemente su trayectoria profesional como deportista.
Antes de darse a conocer el Balón de Oro de Aragón del 2015, se desvelará el lector ganador del sorteo con premio de un fin de semana (una noche) para dos personas, en régimen de pensión completa, en una de las siguientes hospederías de Aragón: Iglesuela del Cid, San Juan de la Peña o Castillo Papa Luna.
LA ENTREGA Tras revelar el lector premiado, se dará paso a conocer el ganador de esta primera edición, con la ulterior entrevista por parte del presentador. El galardón que se entregará al jugador afortunado está elaborado por el escultor José Antonio Barrios, que también es el creador de la estatuilla que se entrega en la Gala de los Aragoneses del Año. Después, para el cierre del evento, se dará paso a un discurso final de una autoridad institucional y un pequeño ágape en una sala anexa a la de la gala.
Javier Villarroya: «En el Zaragoza viví los mejores años de mi vida y creo que triunfé»
LA ENTREVISTA DE LA SEMANA – A. RAMÍREZ 12/05/2014 El Periódico de Aragón
Javier Villarroya: «En el Zaragoza viví los mejores años de mi vida y creo que triunfé» ( El Periódico de Aragón – 12/05/2014 )
Francisco Javier Pérez Villarroya (Zaragoza, 6 de agosto de 1966) llegó siendo juvenil a la disciplina del Real Zaragoza. Había debutado antes, pero en 1987 lo subió definitivamente a la primera plantilla Manolo Villanova. En 1990 jugó el Mundial de Italia con la selección española y posteriormente fue traspasado al Real Madrid, que pagó más de 300 millones de pesetas. Villarroya militó también en el Deportivo, el Sporting y el Badajoz y estuvo como profesional 14 temporadas
–Usted llegó al Real Zaragoza en juveniles.
–Estuve dos temporadas en infantiles en el Arenas y llegué al Zaragoza en el primer año de juveniles. Y en el último año me subieron al equipo de Liga Nacional (entonces no había División de Honor) con Carlos Rojo y fui internacional sub-18. Entonces debuté ya con el primer equipo y al año siguiente jugué con el Aragón, en Segunda División.
–Se consagró de lateral, pero empezó jugando de centrocampista.
–Fue por circunstancias e incluso nunca tuve un sitio fijo por decirlo de alguna manera. Podía jugar tanto por la derecha como por la izquierda, era un poco comodín. Pero profesionalmente se me conoce como lateral. Además jugaba de lateral izquierdo y yo soy derecho.
–Debutó con el primer equipo siendo juvenil en aquella famosa huelga de futbolistas contra el Barcelona B, en el Camp Nou.
–Recuerdo que Carlos Rojo nos dijo que íbamos a ver el campo por la mañana para que el impacto fuera luego menor. Cuando sales a ese estadio te echas las manos a la cabeza. Ese año el Barcelona B estaba clasificado entre los mejores equipos de Segunda y tenían un gran equipo. Nos metieron cuatro, pero nos podían haber hecho un roto.
–Y a la temporada siguiente, todavía siendo juvenil, juega ya con el primer equipo la Copa de la Liga con Enzo Ferrari.
–Con 18 años jugué ya cinco partidos con Enzo Ferrari. Eso es algo grande siendo todavía juvenil.
–Pero después acaba de juveniles y se incorpora al Aragón.
–Aquello no lo vi como un retroceso, pero si hubiera sido ahora quizás sí, porque aquella temporada el Aragón subió a Segunda. No es algo que me duela, pero entonces cogió el primer equipo Luis Costa y me dijo que me quedaba en el filial. Ese año entre en la mili y tuve una serie de problemas para poder salir, me tenía que ir sin permiso, me arrestaban, no tenía continuidad en los entrenamientos y era complicado compaginar las dos cosas. Sin embargo, de haber estado en el primer equipo, creo que hubieran buscado una solución mejor. Ese año lo pasé mal, porque era todo muy complicado. Tuve ofertas, incluso de Segunda, pero decidí seguir en el Zaragoza.
–¿Y acertó quedándose?
–Sí, porque acabé el servicio militar y todo se normalizó. El equipo lo hizo bien, nos pusimos en primera posición y jugábamos muy bien al fútbol. Había gente con gran futuro en aquel equipo y creo que todavía debían haber llegado más jugadores arriba. Recuerdo que estaban Salillas, Isidro Villanova o Vizcaíno.
–Entonces aparece Manolo Villanova y lo recluta para el primer equipo.
–Hay un momento que el primer equipo anda mal y cesan a Luis Costa y coge el equipo Manolo Villanova. Y a falta de 20 partidos para acabar la Liga, Villanova se fija en mí y me sube al primer equipo. Con Villanova jugué todos los partidos, sin embargo con Costa no me fue bien.
–¿Pero estando en la mili hubo un momento que parecía que podía dejarlo?
–La realidad es que pude dejarlo. Fue el año que acabé de juveniles y me subieron al Aragón. En juveniles tenía que coger dos autobuses para llegar a la guagua, que salía de La Romareda, y subía a la Ciudad Deportiva, dos para subir y dos para bajar y yo tenía dinero solo para dos de ellos. Por eso tenía que hacer dos trayectos andando desde La Jota y debía elegir. Es cierto que llegaba a casa muy tarde, pero no me importaba porque podía entrenar y hacía ese sacrificio. El problema fue cuando me subieron al Aragón y entré en la mili, porque fue un caos. Además, me perdí la pretemporada.
–Es decir que no podía entrenarse con normalidad.
–Por eso fue duro. Entonces me engordé. Estaba mucho tiempo en el cuartel, comía de bocadillos y mi rendimiento se fue apagando. Yo me daba cuenta pero no podía hacer otra cosa. Sin embargo, acaba esa temporada, finalizó la mili y entra Sigi. Ese año en el filial hicimos una gran campaña en Segunda B y Villanova, que me conocía, se la jugó conmigo. Entonces decido hacer cuenta nueva, salvamos la categoría y la temporada siguiente viene Antic, que contó conmigo.
–¿Usted considera que consiguió triunfar aquí?
–Creo que triunfé. Jugué mucho y rendí bien. El primer año con Antic fuimos quintos y nos metimos en la UEFA. Ese año había muchos partidos que jugábamos hasta siete jugadores de la cantera. Fue una etapa muy bonita.
–¿Y se sintió valorado?
–Unas veces más y otras menos. Yo fui a la selección siendo jugador del Zaragoza y de hecho jugué más partidos siendo jugador del Zaragoza que del Madrid. Eso lo llevo con orgullo. Fui al Mundial de Italia como jugador del Zaragoza.
–¿Y se fue al Madrid por más de 300 millones de pesetas?
–A mí me quedaba solo un año de contrato y podía haberme esperado para irme libre, pero el acuerdo fue perfecto. El Zaragoza salía ganando, porque aquí me enseñaron todo, incluso los valores como persona, lo que no se puede pagar con dinero, y yo me iba a un gran club.
–¿Recuerda con especial cariño a algún entrenador?
–No olvidaré nunca a ninguno, pero a Carlos Rojo, Manolo Villanova y Radomir Antic lo haré siempre con especial cariño. Tampoco me quiero olvidar de Paco Arroyo, que estaba en el Arenas y puso mucho empeño en que yo pudiera ir al Zaragoza en juveniles. Rojo, Villanova y Antic me ayudaron como entrenadores y en lo personal. En mi casa, por circunstancias, mi padre no estaba, éramos cuatro hermanos y nos críamos con mi madre y esos entrenadores me ayudaron a ser persona. No era un chico rebelde, pero ellos me enseñaron cosas que otros aprenden en casa. A esa gente les estaré agradecido de por vida.
–Se fue al Madrid para ocupar el puesto de Gordillo.
–La verdad es que era algo complicado. El primer año empecé a jugar con Toshack, pero no acabé de romper. Cuando llega Antic me pone desde el principio y batimos varios récords con el Madrid, pero lo que son las cosas, decían que no había fútbol. Fue increíble, le cesaron yendo líderes y con 3 o 4 puntos de ventaja sobre el Barcelona.
–Y antes de ir al Madrid estuvo en el Mundial de Italia.
–Fue la guinda del pastel. Porque había hecho una buenas campañas con el Zaragoza, estaba a punto de firmar por el Real Madrid y me convocaron para un Mundial. En el Mundial de Italia jugué mucho.
–¿Por qué se le ha encasillado como un jugador más potente que técnico?
–No lo sé. En juveniles jugaba de interior. Si pudiera volver atrás haría menos kilómetros y utilizaría mi fuerza para otras cosas, pero mi labor era la de ser un jugador de ida y vuelta y tenía capacidad, pero cuando te viene la pelota si vas con esa aceleración no es fácil acabar bien las jugadas. No voy a rebatir a nadie, aunque no comparto lo que se decía sobre mí. Estuve 14 años de profesional y algo habré hecho bien.
–¿Cuando se fue al Depor pudo volver aquí?
–Estuve hablando con Paricio y Herrera y la verdad es que me hubiera encantado volver. Hubiera venido aquí en caso de haber habido una pequeña diferencia con la oferta del Depor, pero allí me ofrecían el doble y no pudo ser.
–¿Sus mejores recuerdos son en el Zaragoza?
–Donde mejor me he encontrado ha sido en Zaragoza y me hubiera gustado retirarme aquí. En el Real Zaragoza viví los mejores años de mi vida. Jugué en Europa, fui internacional y consiguieron formarme como persona.
–¿Por qué no ha seguido ligado al fútbol tras retirarse?
–El primer año tras mi retirada aún estuve comentado partidos para una radio, pero montamos una empresa y poco a poco me fui desvinculando del fútbol. Todo te come tiempo y no puedes estar en todos los sitios. Fue por eso, pero no porque me hubiera ido cansado del fútbol. Hace poco me llamaron de Gol Televisión para hacer un programa sobre los Mundiales y no pudo ser porque yo no podía estar realizando viajes a Madrid o a Barcelona dejando desatendidas mis cosas. En el fútbol se gana dinero, pero luego te incorporas a la vida normal y tienes que atender lo que hayas montado.
–Y luego, pasado el tiempo, no ha tenido la tentación de volver a vincularse con el fútbol de algún modo.
–No. Esta temporada me han llamado varias veces del club para participar en algunos actos y estoy encantado y orgulloso de poder colaborar con el Real Zaragoza. Yo estoy para lo que ellos quieran, pero no estoy intentando meterme en el club y si me lo propusieran no sé lo que querría.
–¿Pero sí que sigue al Real Zaragoza,claro?
–Cómo no. Es difícil no seguirlo. Es una pena que se haya llegado a esta situación. Si me hubieran dicho que iba a pasar lo que está pasando no me lo hubiera creído nunca. Pero las cosas están así. Lo primero que hay que hacer es recuperar la confianza de la afición, porque están ya están cansados. Sin el Zaragoza en Primera es como si faltara el Madrid o el Barcelona. La Romareda era siempre un campo difícil para los grandes, en la Copa siempre hacía buenas cosas y ahora me lo han cambiado. Ahora lo veo como aficionado y me duele mucho la situación del club. La gente está hastiada y se borra de socio después de muchos años, pero yo espero que todo vuelva a su cauce. El problema no es estar en Segunda sino como está todo.
–Como aficionado, ¿si tuviera la oportunidad de hablar con Agapito Iglesias qué le diría?
–Dar consejos siempre es complicado. Pero qué consejos le puedes dar alguien que ha funcionado como lo ha hecho. Creo que él nunca debería haber cogido esto. Todo lo que ha hecho le ha salido mal, pero no pienso que sea antizaragocista, porque algo debe querer al Real Zaragoza. Desde su llegada se ha quedado mucha gente en el camino y no se han dicho los motivos.
–¿Cree que se debería marchar cuanto antes?
–Eso es algo que Agapito tiene que ver claro, porque habría que saber todo lo que hay detrás. Hay muchas cosas enmarañadas y la solución es muy difícil. La solución sería vender el club y que viniera alguien con aire fresco y con otra mentalidad, pero quién coge un club con la deuda que tiene el Real Zaragoza y en Segunda. Cuando no funcionan las cosas hay que hacer cambios, incluso con los directivos, pero la situación no es fácil.
–Tiene la impresión de que la regeneración del club en la parte deportiva debe llegar a través de la cantera.
–Pero es que tampoco va a quedar otra, porque el club tiene muchos apuros económicos y no se va a poder fichar lo que se desea. Por eso la única forma de hacer algo es cuidar lo que tienes en la cantera, protegerlo, y lo que tengas bueno arriba atarlo de cara a hacer un buen equipo. Tal y como esta la normativa ahora en Segunda no se permite gastar más de lo que te marcan y la próxima temporada te van a dar menos ayuda y tendrás que contar con la gente de casa. Esta situación puede servir para que los jugadores de la cantera tengan más oportunidades. Para ser jugador, a parte de tus capacidades, necesitas a alguien que te dé partidos. Tú puedes estar entrenando toda la vida para hacerte jugador y te puedes hacer, pero jugando partidos es como te formas verdaderamente. Igual va bien esto para que se apoye más a la cantera.
–¿Teme, como mucha gente, que el Real Zaragoza pueda llegar a desaparecer?
–Sí, porque la losa es muy grande y si no se alivia por algún lado puede acabar con el Zaragoza, aunque Dios quiera que no y espero que no. El club necesita un cambio de gestión inmediato y si no temo que corre peligro.
–¿Comprende que la gente haya podido dar la espalda al club?
–La afición está cansada y es normal. La afición está triste, porque no ve un futuro bueno para el Real Zaragoza, y estoy hablando como aficionado. Mientras hay vida hay esperanza, pero la cosa no tiene buena pinta.
Lafita entra en la leyenda de la Liga
Lafita entra en la leyenda de la Liga con sus dobletes en el Bernabéu y el Camp Nou ( El Periódico de Aragón – 04/05/2014 )
ALFONSO HERNÁNDEZ
Ángel Lafita le ha dado vida al Getafe esta tarde con sus dos goles. Dos tantos que no los ha marcado en un campo cualquiera, sino en el Camp Nou, donde ningún aragonés lo había conseguido antes en la longeva historia de la Liga española. Un buen puñado de jugadores lo han logrado hasta la fecha, pero tan solo tres vistiendo la camiseta del Real Zaragoza: Wilson, la temporada del estreno del santuario azulgrana (56-67), Garitano y Esnáider. El zaragozano ha llegado más lejos y ha entrado en la leyenda con dos escudos diferentes al convertirse en el sexto futbolista del campeonato que firma doblete en los grandes escenarios del torneo. El primero lo rubricó con el Real Zaragoza 30 de abril del 2011, brillando con luz propia y protagonizando una victoria que sería fundamental para la permanencia del equipo en Primera. Hoy lo ha vuelto a hacer en Barcelona con el Getafe.
No es sencillo celebrar dos goles en esos foros. El anterior que tuvo ese honor fue el también exzaragocista David Villa en su etapa en el Valencia. Antes, Forlán (Villarreal), Eto’o (Mallorca), Oli (Oviedo) y Polster (Sevilla), artilleros de prestigio, tomaron por dos veces Chamartín y el Camp Nou. Nadie más, de ahí la importancia para Lafita de lo ocurrido frente al Barça al unirse a ese listado de prestigiosos dinamitadores.
Igual que el canterano aragonés, dieron dos o más veces en la diana del feudo culé Camps (Espanyol), Vázquez (Granada), Koldo Aguirre (Athletic), Romero (Elche), Luis Aragonés (por tres veces con el Oviedo en el mismo partido), Gargallo (Elche), Veloso (Deportivo), Julia (Levante), León (Las Palmas), Alberto (Atlético), Irureta (Athletic). Marcial (Atlético), Solsona (Valencia), Rubio (Atlético), Martínez (Las Palmas), Hugo Sánchez (Atlético), Eloy (Sporting), Peña (un triplete con el Valladolid), Ziganda (Osasuna), Aldridge (Real Sociedad), Ivanov (Betis), de nuevo Aldridge, Pizzi (Tenerife), Korneyev (Espanyol), Claudio López (Valencia), Pauleta (Salamanca), Craioveanu (Villarreal), Claudio López (Valencia), Victor (Villarreal), Víctor (Deportivo), Baraja (Valencia) Toedtli (Sevilla), Makaay (Deportivo), Fernando Torres (Atlético) Joaquín (Betis), Dani (Betis), Tamudo (Espanyol), Llorente (Villarreal), Valdez (Hércules) y Siquiera (Granada).
El último que ha repetido en Barcelona lleva nombre propio: Cristiano Ronaldo. Como el portugués, con la elástica del Madrid, también Puskas, Gento (estos dos últimos con auténtica saña), Di Stéfano, Raúl y Van Nistelrooy marcaron en un par de oportunidades como mínimo. Lafita ha abierto la puerta de su gloria particular con el Real Zaragoza y el Getafe. En el Bernabéu y el Camp Nou, donde solo antes cinco reyes habían hecho doblete. La corona de los grandes conquistadores reposa también en la cabeza de un aragonés.
Lafita, Un ídolo en el epílogo
Santiago Valero. Un ídolo en el epílogo ( El Periódico de Aragón – 07/05/2012 )
Terminó el partido del sábado y Lafita, camino a los vestuarios, miró hacia la afición con las manos levantadas y con un claro gesto de despedida, además de aplaudir a la grada. La acción quizá pasó inadvertida por el éxtasis de la celebración, por la fiesta que inundaba el Municipal tras lograr una victoria donde el héroe, el merecido héroe, fue Lafi, aragonés, zaragocista y criado en la Ciudad Deportiva, el único superviviente este curso en la plantilla y que ha sufrido como nadie una temporada dura y llena de dificultades.
Su gol al Racing, su éxito, es la viva imagen de la constancia, de la tozudez. Lafita se empeñó en triunfar en el Zaragoza. «Como buen aragonés, soy tozudo», suele decir. Y ha triunfado para irse como un ídolo de la grada. Le ha costado y lo ha hecho en el epílogo, en sus últimos días en el club que le dio todo y que también, con Agapito Iglesias como gestor, tanto le ha hecho sufrir. La pírrica oferta de renovación, una propuesta por menos de la mitad de sus actuales emolumentos, es solo el último ejemplo de la cadena de desprecios que ha tenido que soportar. No es de extrañar que hace unos meses reconociera que su relación con los dirigentes zaragocistas, con el club, era nula.
Salvo giro imprevisto e inesperado, Lafita tomará su maleta al acabar la temporada. Villarreal y, sobre todo, Getafe, pueden ser sus destinos, aunque él siempre ha dicho que todavía no tiene cerrado, que se sentará a escuchar las ofertas cuando acabe la temporada. Y Lafi es un hombre de palabra, pero se puede dar por descartado que siga defendiendo el escudo del león, el escudo que ha llenado su inmenso corazón zaragocista y al que ahora dice adiós. Su continuidad, en el actual contexto del Zaragoza de Agapito, es imposible.
Del discurso agotado a la fe
Lafi ha sufrido mucho en los últimos meses. «No sé qué decir. A mí se me agotó el discurso«, balbuceó a la salida de La Rosaleda, el día en que Jiménez aseguró sentir «vergüenza». Pero el equipo se recuperó con la fe y el tesón y él fue el primero en levantar la bandera, en pensar que el Sí, se puede era una realidad a la que agarrarse. O, al menos, luchar sin desmayo para que el Zaragoza, para que su Zaragoza, tuviera el mejor final de Liga posible.
Su polémico regreso del Deportivo en el verano del 2009, que fue el inicio de una batalla jurídica con Lendoiro, marcó su segunda etapa en el primer equipo. Era su oportunidad, pero las molestias en la rodilla, la irregularidad del Zaragoza y un paso adelante que le costó dar retrasaron su éxito. Ya el curso pasado fue decisivo en la recta final por la salvación, sobre todo en la victoria ante el Madrid en el Bernabéu, pero en esta temporada su papel de ídolo y su condición de indiscutible se han reforzado con Jiménez, que siempre ha visto en el canterano el espíritu de lucha, la implicación y la perseverancia que ganan al técnico. Su titularidad indiscutible así lo ha demostrado.
En esta recta final, Lafita convirtió cada partido en una demostración de esfuerzo, en un derroche, en una incansable muestra de fe. Su fútbol siempre tuvo esa energía, pero en los últimos meses se le ha visto más fresco, más rápido, más incisivo. Cuestión de autoestima, seguro, porque no hubo un plan físico ni psicológico especial. Al final, las victorias son el mejor tratamiento. El gol del sábado es el tercero del curso, tras los que logró en el Bernabéu y en Gijón. Aquél en El Molinón, en el descuento para una victoria vital, ya marcó un antes y un después en la vida de Lafi, pero el del Racing todavía tiene más valor.
Lafita pasó el día de ayer recogiendo felicitaciones y muestras de cariño. La afición se las dio el sábado en la Romareda. «Estoy convencido de que voy a conseguir triunfar en el Zaragoza«, dijo en este diario al poco de regresar del Deportivo. Y lo ha logrado, aunque sea cuando ya divisa la salida. Sí, esa tozudez.
Lafita, ser de la casa sí importa
Hoy Alfonso Hernández dedica su artículo en el Periódico de Aragón a Ángel Lafita, no hay como marcar el gol de la victoria para ser protagonista en los medios, sus peñistas siempre lo hemos apoyado contra viento y marea y compartimos la satisfacción de que se le valore como merece, pues su zaragocismo y compromiso esta fuera de toda duda y como los dos últimos años su aportación puede ser clave en la milagrosa posibilidad de salvación del equipo.
Lafita nace y pace en el Real Zaragoza ( El Periódico de Aragón – 02/04/2012 ) por Alfonso Hernández
EL CENTROCAMPISTA, único canterano, gana protagonismo en la reacción del equipo. Una asistencia en Valencia y un gol en Gijón. Ser de la casa sí importa.
Con Ángel Lafita ha habido y habrá muchas dudas sobre su auténtica dimensión como jugador de primer nivel. Él mismo ha colaborado a sembrarlas, a crear debates alrededor de la figura de un futbolista guadianesco y perseguido muy a traición por el infortunio de las lesiones. Vive en zonas y estados de ánimo intermedios una carrera que solo alcanzó su esplendor en La Coruña. Veloz y hábil con el balón en los pies, buen lector en el pase y correcto distribuidor de asistencias, pasea sin embargo aún por el bulevar de las eternas promesas, esos espíritus con aura de elegidos de quienes se espera más intervención y, por las posiciones que ocupan, más gol.
En su regreso de Riazor, traumático por la guerra que se estableció entre ambos clubs y que le obligó a entrenarse a escondidas en Zaragoza hasta que se resolvió el conflicto, tampoco halló el mejor escenario para explotar o dar continuidad a lo que había demostrado en el equipo gallego. El Real Zaragoza estaba ya en pleno proceso de descomposición deportiva y económica que ha culminado esta temporada con mano firme su propietario, Agapito Iglesias.
Entre el fuego cruzado de admiradores y detractores, en el infierno que significa competir con la soga al cuello, Ángel, a quien siempre se le ha exigido más compromiso con la causa por ser de la tierra, ha ganado protagonismo en la espectacular reacción del equipo en los últimos cuatro partidos. En Valencia le birló el balón a Dealbert y se lo cedió a Apoño para la victoria por 1-2. El sábado, en El Molinón, en la que podía haber sido la última estación de Primera en caso de perder, marcó el gol del triunfo en el tiempo de prolongación.
«Estaba muerto, pero le he dicho que se echara el equipo a los hombros«, confesó Manolo Jiménez al final del encuentro contra el Sporting. Nunca se descubrirá hasta qué punto pudo cumplir el deseo de su entrenador, pero llegó a tiempo de convertir en oro una sandía que había salido de la bota de Zuculini con sello de presunto disparo a puerta. El técnico, que se dejó la piel cosida a la camiseta del Sevilla, sabe que en estos trances el recurrir a lo del sentimiento del escudo suele ser efectivo. Y más si quien lo porta lleva años luciéndolo en la pechera.
Lafita, que al final del curso se irá y, según él, descubrirá públicamente los porqués de su marcha, se ha quedado solo como único representante de la cantera. Cuando Víctor Muñoz le ascendió a la primera plantilla allí se encontró entre otros con Cuartero, Zapater, Cani, Chus Herrero, Camacho… En la primera experiencia de su segunda etapa enLa Romareda, Laguardia, Álex Sánchez y Kevin apenas tuvieron una presencia testimonial –cada uno de ellos intervino en tres partidos–, mientras que Ander era titular. La campaña pasada siguió con Ander y Kevin, y en la actual lleva en solitario la bandera dela Ciudad Deportiva.
Dentro de un grupo difuso, de un vestuario del que la mayoría de sus integrantes está de paso, Manolo Jiménez ha conseguido que hablen el mismo lenguaje de competitividad. También ha crecido Lafita con el mensaje directo al corazón del andaluz. Se le recuerda a Ángel firmado el tercer gol de aquel encuentro en Tenerife (1-3) que supuso el punto de inflexión para que el Real Zaragoza se salvara. Cómo olvidar su portentosa actuación el pasado ejercicio en el Bernabéu para, con su par tantos (2-3), dar forma a un triunfo vital. Ante el Sporting acudió al rescate impulsado por un último golpe de cierzo.
Agapito, en una de las interviús que da a la prensa no zaragozana, habló de su amor por Aragón con el donaire que le define. «El burro no es de donde nace sino de donde pace», dijo el soriano. Lafita no ha calado por completo en La Romareda, pero nació en el Zaragoza y pace en él desde niño. Y va por todos los campos a defender lo que es suyo y de la afición que le admira o le critica.