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Ángel Lafita y la Peña Lafita premiados por RZFans
El lunes 18 de junio acudimos a la celebración del X Aniversario de los amigos de la Asociación RZ FANS, en su sede en Restaurante Las Torres en la calle Aguarón.
Habíamos sido invitados por esta asociación referente del zaragocismo y de apoyo incondicional a la cantera, con motivo de que este año habían decidido otorgar su VI Premio especial a Ángel Lafita por su trayectoria profesional. Además los futbolistas canteranos Julián Delmás y Raúl Guti recibirían un trofeo por su debut con el primer equipo zaragocista esta temporada.
La entrega de premios fue dirigida por la periodista amiga Laura Ferrer, acompañada por el presidente de la Asociación RZFans Jesús Cazorla y el vicepresidente Daniel Orte.
Ángel recibió agradecido su galardón y comentó que ya es un aficionado zaragocista más, que sufre desde fuera y que hay que confiar en el proyecto deportivo cara al ansiado ascenso para el que la base ha de ser la cantera, poniendo como buena muestra de ello a Delmás y Guti. Asimismo indicó a pregunta de Laura que sus momentos más especiales fueron su debut con el Real Zaragoza en el Calderón y la victoria en el Bernabéu la tarde de sus dos goles por lo que supuso de cara a la salvación aquella temporada.
Ángel estuvo muy a gusto, amable y agradecido atendió con cariño los requerimientos de fotos, autógrafos, conversación, etc.
Al encontrarse de vacaciones los futbolistas Delmás y Guti recogieron sus premios y se dirigieron a los presentes la madre de Julián, Susana Germán, y el padre de Raúl, José Raúl Gutierrez, quiénes agradecieron en sus nombres los reconocimientos.
La sorpresa que nos reservaba RZFans fue que también nos entregaron una preciosa placa por nuestro zaragocismo. Muchas gracias en nombre de nuestra peña por el fantástico e inesperado detalle que luciremos orgullosos en nuestra sede.
Un placer haber disfrutado de la celebración de RZFans con gente tan cordial, en un ambiente de zaragocismo y confraternidad agradable; donde tuvimos oportunidad de coincidir con amigos, conocer gente, comentar actualidad zaragocista, etc.
Si a ello unimos que el lafitismo se llevó «doblete» de premios ¿qué más se puede pedir? Gracias RZFans
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Lafita: «Podía haber seguido, pero no hubiera sido honesto»
Entrevista a Ángel Lafita en Marca por Sonia Gaudioso 17/04/18
Ángel Lafita ha dicho adiós al fútbol profesional. Después de 12 temporadas en Primera, 273 partidos y 36 goles, el aragonés cuelga las botas a los 33 años. Atrás deja miles de recuerdos vividos como futbolista de Zaragoza, Deportivo, Getafe y Al-Jazira que repasa con MARCA en esta entrevista.
- Hace unos días anunció su retirada del fútbol. ¿Ha sido una decisión muy meditada?
- Sí, mucho. Mi último año en Abu Dabi fue complicado y me dio mucho tiempo para pensar y replantearme mi futuro. Ha sido cansancio mental. Cuando mentalmente no estás, es difícil que el cuerpo te acompañe. Si no estás al 100% para competir, lo mejor es echarse a un lado. Podía haberlo alargado dos años más y haber seguido, pero no hubiera sido honesto. Prefiero ser feliz con mis principios. Me hubiese encantado despedirme en el césped, pero no ha podido ser.
- Su nombre sonó en los últimos años para volver al Real Zaragoza. ¿Existió realmente esa posibilidad?
- Sí, es verdad, pero nunca fue tanto como parecía. Las veces que sonó, la más fuerte fue la última, la de este verano. Hubiera sido maravilloso volver y retirarme con mi gente, con mi equipo, pero por más que quieras una cosa, hay veces que es mejor no hacerlo. No me arrepiento. Creo que era la opción más honesta tanto para mí como para el Zaragoza. Si no vas a poder dar el máximo como profesional, hubiera sido engañoso. Me quedo con los bonitos recuerdos que tengo.
- ¿Qué le ha quedado pendiente?
- Despedirme en Zaragoza. Ojalá hubiera tenido fuerzas para hacerlo. Y jugar en la selección. Es una espinita que se me quedó clavada. Cuando te ponen el caramelo en los labios y te lo quitan al momento dices ‘jolín, qué pena’. Creo que me faltó eso. Más que un título, por las circunstancias y las épocas que me tocaron vivir en los equipos que jugué, lo que echo de menos es no haber vestido la camiseta de mi país, aunque sólo hubiera sido una vez.
- Siempre dijo que las salvaciones agónicas que consiguió con el Real Zaragoza fueron sus títulos…
- Sí, cuando no puedes aspirar a un título te propones un objetivo en la temporada y tanto en Zaragoza, en mi segunda época, como en Getafe era salvarse. En el Deportivo se aspiraba a algo más. Por eso, para nosotros lograr aquellas permanencias tan épicas, sobre todo, la de Manolo Jiménez eran como ganar un título.
- ¿Cómo vivieron desde dentro aquella temporada 11-12, en la que en marzo parecía que estaban descendidos?
- Fue una locura. Después de salir goleados en Málaga estábamos destrozados. Los capitanes tuvimos que salir a dar la cara. No sabíamos qué decir. No me salían las palabras. A partir de ahí decidimos ir partido a partido y empezamos a ganar y recortar puntos. Y salió lo del ‘Sí se puede’. Al final lo conseguimos en Getafe. Fue algo increíble. Mi último gol con el Zaragoza se lo hice al Racing en un partido importantísimo, aunque yo doy más valor al que le hice al Sporting en El Molinón, en el último minuto. Si no hubiéramos ganado ese encuentro, ya no hubiésemos tenido opciones de salvarnos.
- Su único título lo logró en Emiratos Árabes.
- Sí, me hubiera gustado ganar uno en España. Allí hay más igualdad. En mi último partido como profesional conseguí la Copa del Presidente. Me siento orgulloso de haber levantado ese título.
- Rozó otro con el Zaragoza en 2006.
- Sí, perdimos la final de la Copa contra el Espanyol en el Bernabéu. Habíamos eliminado a Barcelona, Atlético y Real Madrid. Cuando vas tan de favorito, normalmente te llevas el batacazo. Es lo que nos pasó. Fueron justos vencedores. Yo no jugué la final. Estuve en el banquillo.
- ¿Con qué se queda de su etapa en el Zaragoza?
- Fueron dos muy diferentes. En la primera estuve dos años y no jugaba mucho porque había futbolistas espectaculares en la plantilla. Yo entendía no jugar. Sabía mi papel. Por eso decidí irme cuando Víctor Fernández fue franco conmigo. Me costó tomar la decisión, pero quería hacerme como jugador y tenía que irme fuera para volver hecho. Mi segunda etapa la calificaría como agónica. Era un constante sinvivir diario. Durante dos años fui el único de casa y todo me llegaba más. Fue muy intenso y vivimos temporadas duras.
- ¿Y del Deportivo?
- Fue mi mejor época como jugador y pude jugar en Europa. Ha sido donde más disfruté en el campo. Me quedo con la pena de no haberme podido despedir de la afición. Sentí muchísimo cariño en esos dos años y guardo muy buenos recuerdos. Me hubiera gustado despedirme de otra forma, pero las circunstancias de los dos clubes me pillaron en medio. Fui un daño colateral.
- También pasó por el Getafe.
- Como venía de una etapa difícil en el Zaragoza con mucha presión, entonces fue como liberarme un poco y disfruté más de la vida y la familia. Lo llevé de mejor manera. Me fui muy satisfecho y le tengo mucho cariño a ese club. Tengo muy buenos amigos.
- Finalmente decidió salir al extranjero. ¿Cómo fue la experiencia en el Al-Jazira?
- Venía de una lesión importante, me había roto la rodilla, y estuve ocho meses parado. Lo pasé mal y te planteas muchas cosas porque no sabía si iba a volver bien. Después de recuperarme, debuté, marqué y me empezaron a salir bien las cosas. Entonces apareció la oportunidad del Al-Jazira. Me costó mucho tomar esa decisión porque no iba solo. Iba con mi mujer y con dos hijos, uno recién nacido, a una cultura totalmente distinta. Nunca habíamos salido de España. Lo que pasa es que este tipo de oportunidades sólo se presentan una vez. La tomas o la dejas. Y voy a ser sincero, era una oportunidad que te solucionaba la vida. No quería arrepentirme de no haberla tomado, sobre todo, por mis hijos. Tenía más recorrido en España pero fue un tren que cogí. Estuve seis meses y logré la Copa y a la siguiente temporada fue difícil. Había un cupo de extranjeros, un máximo de tres por equipo, y estábamos siete. Entonces, cuatro teníamos que salir. Ese año me ayudó a replantearme la vida. Me hubiera gustado alargarlo hasta los 35 pero entre que no jugaba y de repente llevaba un año sin competir, pues tomé la decisión de dejarlo.
- ¿Se arrepiente de algo?
- No. Hay una película muy buena que se llama ‘Efecto mariposa’ en la que intentas arreglar una cosa y entorpeces otra. Las decisiones que tomó son a conciencia. Me podía haber ido mejor, está claro, pero también peor. Me siento orgulloso de mi trayectoria. He estado 12 años en Primera división.
- Si cierra los ojos, ¿a dónde le lleva su cabeza?
- Al día de mi debut en el Calderón (28-8-2005). Recuerdo todo. Entré con el pie derecho y sustituí a Sergio García. Luego también me acuerdo del partido en el Bernabéu donde marqué dos goles. Hace poco me dijeron que había muy pocos jugadores que habían logrado marcar dos goles en el mismo partido en el Bernabéu y en el Camp Nou. Ahora lo valoro más.
- ¿Cuál fue su mejor gol?
- Uno que conseguí con el Deportivo frente al Betis en Sevilla. Cogí el balón en el centro del campo, me regateé a uno y al final disparé a donde fuera y se coló dentro. Otro bueno que hice fue en Tenerife con el Zaragoza.
- Un entrenador.
- Sería injusto quedarme sólo con uno, pero también lo sería no decir al que me dio la oportunidad de conseguir todo esto. Víctor Muñoz fue el que me hizo debutar.
- ¿Con qué compañero nunca se imaginó jugar?
- Con Pablo Aimar. En la época del Valencia yo lo veía por la tele y decía ‘¿qué es esto?’. Era una locura. Luego tuve la suerte de compartir vestuario con él, aunque le tocó la etapa final de su trayectoria, pero lo veías recibir o golpear el balón y era distinto a cualquier futbolista.
- ¿Cuál fue su peor momento?
- La época del conflicto entre el Deportivo y el Zaragoza. Hubo una interpretación del contrato en la que cada uno decía una cosa y luchaba por sus intereses, pero el daño colateral era yo. Estaba con las maletas preparadas y no sabía qué hacer. El Depor me pedía a mí 25 millones de euros, que era mi cláusula, algo que yo no tenía. Luego tuve que entrenar a escondidas. Recuerdo que en la casa de mis padres estaba la prensa en la puerta, como si fuera el Sálvame. Todo aquello que viví me pasó factura. Cuando empecé a jugar ya no era yo, no era el del Deportivo. Me fastidió no poder ser el mismo. También lo pasé mal cuando me rompí la rodilla en el Getafe. Fue otro de mis peores momentos.
- Tampoco debe ser agradable vivir todo el capítulo sobre el supuesto amaño del Levante-Zaragoza. ¿Cómo lo lleva?
- No puedo hablar mucho del tema porque el abogado no me deja. Yo tengo la conciencia muy tranquila.
- ¿Ve al Zaragoza en Primera la próxima temporada?
- Ojalá se mantenga el Deportivo y suban el Zaragoza y el Huesca. Me haría muy feliz. Tener dos equipos aragoneses en Primera sería un orgullo y una alegría. Todos somos de la tierra y habría que ayudarse. Las dinámicas son opuestas. El Huesca va de arriba a abajo y el Zaragoza al revés. A Zapa le veo todos los días y se lo digo. ‘Tenéis que aprovechar, es el momento. Os sale todo’. Ahora mismo todos los equipos temen al Zaragoza. Es el momento de ir a por todas. Hay una estabilidad institucional, un gran grupo en el vestuario y la afición está volcada. Todo eso se nota.
- ¿Lo vamos a ver más por La Romareda?
- Sí, siempre he tenido mi abono. Como aficionado voy a ser uno más que anime. Ahora ya mi hijo está cogiendo el gusanillo del Zaragoza y ojalá podamos vivir el ascenso.
- ¿Qué va a hacer a partir de ahora?
- Quería tomarme un año sabático para aprovechar el tiempo con mi gente. En julio voy a hacer un campus en Castiello de Jaca de la mano de Cepid. Me gusta trabajar con gente joven porque tienen esa ilusión e inocencia que, quizá, en el fútbol profesional se pierde. Después ya veremos, pero me veo más trabajando con niños que con adultos.
Lafita: «Me habría encantado un último año en el Zaragoza, pero fui honesto»
SANTIAGO VALERO
10/04/2018
—¿Le costó mucho decidir su despedida del fútbol?
—No ha sido algo drástico, lo contemplaba desde hace un año más o menos, tras los últimos meses sin jugar en el Al-Jazira. Ahí ya vi que podía ser en el verano pasado y me fui preparando mentalmente. En el paso para decir adiós tienes que tener una ocupación para que la retirada no sea de golpe y porrazo. Tengo ocupaciones y eso me ha ayudado a no cambiar mi vida de repente. Sí ha habido un cambio radical en el sentido físico y de horarios, pero no tanto mental. Además, cuando la mentalidad no está ya en el fútbol, el físico no acompaña.
—El verano pasado Lalo Arantegui no descartó su posible regreso al Zaragoza ¿Hubo opciones?
—Nunca se dio el caso real de sentarnos a hablar. Por parte de los dos nos habría gustado. A mí me habría encantado un último año aquí, pero las circunstancias del momento no se dieron. Cuando me desvinculo del Al-Jazira, la plantilla del Zaragoza está muy confeccionada y yo además no quería engañar a nadie. Así que no di ese paso, porque quería ser honesto conmigo mismo. Si no me veía al 100% para competir, no quería engañarme a mí mismo y menos al club de mi vida.
—¿Se le queda la espina clavada por no haber podido acabar su carrera en el Zaragoza?
—No, no la hay. Creo que he tenido mi época en el Zaragoza, en dos etapas y con cinco años en el primer equipo. Sí me hubiera gustado vivir otra época, disfrutar más de mi tierra y de mi equipo en el día a día. En la segunda etapa tras volver del Deportivo estuve sometido a mucha presión por las circunstancias, por aspectos deportivos y de fuera, por los problemas del club y yo además era en muchos momentos el único futbolista de la casa. Eso mentalmente me desgastó. Y eso se vio en el campo, porque no pude disfrutar tanto, lo que tuvo un reflejo en el rendimiento.
—Fueron tres permanencias (09-10, 10-11 y 11-12) agónicas…
—Sí, fue lo que me tocó. No era jugar por títulos, pero me siento orgulloso de aquello, di lo máximo sabiendo las circunstancias y el momento del club. Nunca en mi vida he jugado en Segunda, ni he bajado y aquellas permanencias fueron para mí como un título.
—Se fue al Getafe en el 2012 tras no renovar.
—No hubo un acuerdo, porque la otra parte no quería y así es imposible. Quería seguir y el Zaragoza me hizo una propuesta para que yo tuviera que decir que no. Manolo Jiménez quería que siguiera y ese era mi mayor deseo. ¿Dónde iba a estar mejor que en mi casa? Debí tomar una decisión complicada pero la tenía que tomar sí o sí.
—Era el Zaragoza de Agapito Iglesias. ¿Que piensa del expropietario del club?
—Me quedo solo con las cosas bonitas que viví. Con Agapito había diferentes ideas de ver el fútbol y el Zaragoza y cada uno las defendió. No entro en el daño que pudo hacer al club, cada uno hace lo que le dicta su conciencia.
—Fueron años convulsos, de sufrimiento deportivo.
—Era una locura. Y más al ser de aquí, que lo vives de una manera diferente por los amigos y la familia. Te llega más el sentimiento, lo que te juegas en cada partido, lo que sufre la gente. Todo lo sientes más. Era una situación continua de luchar por no bajar, con problemas que surgían y yo era uno de los capitanes, con esa responsabilidad. Fueron tres años muy duros, sin duda.
—¿Cuál fue la permanencia más difícil de las tres?
—La salvación con Manolo Jiménez fue la más épica, aunque todas tuvieron su momento. Recuerdo aquel partido contra el Racing donde logré mi último gol, pero fue más importante el tanto contra el Sporting.
—Aquel gol en El Molinón donde desvió el disparo de Zuculini...
—Le dije que hacia dónde le había dado. ‘A donde saliera’, me dijo. Y salió gol. Sin ganar en Gijón igual no hubiéramos llegado al final con opciones.
—Se fue al Getafe y en enero del 2016 al Al-Jazira. ¿Fue un error ir a Abu Dabi con 31 años?
—No. No me arrepiento. Tenía recorrido en España, pero era una oportunidad e igual ya no volvía ese tren. Me había roto la rodilla, llevaba compitiendo cuatro meses y, tras esa lesión tan gorda en la que hubo momentos en los que me planteé dejar el fútbol, me llegaba la ocasión que te soluciona tu futuro y el de tu familia. Llegué y jugué los primeros seis meses, conseguí la Copa del Presidente, hubo una limpia en la plantilla, un problema en el cupo de extranjeros y te daban opciones para salir, pero al final no las daban. Decidí quedarme aun sin jugar y al final hubo acuerdo.
—¿Cuál es su mejor recuerdo como jugador?
—El día que debuté en el Calderón (28-8-2005), que es un buen campo para empezar. Y el del Bernabéu (30-4-2012) desde luego quedará imborrable en mi vida. Más que los dos goles y que me hicieron el penalti, fue el partido en sí. Nadie daba un duro por nosotros, vas al Santiago Bernabéu y ganas. Son mis dos días más felices como zaragocista.
—273 partidos en Primera, doce temporadas en la élite, con 143 encuentros con el Zaragoza y 12 goles. ¿Está satisfecho?
—Bueno, si me lo dicen cuando tenía cinco años, no me lo creo. Estoy satisfecho porque siempre intenté dar lo máximo. ¿Que me podían haber ido mejor las cosas? Claro que sí. ¿Y peor? Seguro que también. Yo me siento orgulloso de mi carrera y sobre todo del respeto y el cariño que he conseguido que la gente tenga hacia mí, por el trabajo, por mi comportamiento y por mi carácter. Me siento más satisfecho de eso que de mis logros de jugador.
—Le faltó un título…
—Lo conseguí en Abu Dabi (sonríe). Bueno, en España sí, pero lo que más echo en falta es haber ido a la selección. Más que un título. Hubo un momento estando en el Deportivo que estuve a punto de ir. Es que además un título en las épocas y en los clubs en los que he estado es complicado, con el dominio casi absoluto del Madrid y el Barça.
—Menciona al Deportivo, donde se va en el 2007 cedido.
—Allí viví mi mejor época como jugador. Al salir fui realista, Víctor Fernández fue claro conmigo y se lo agradezco. Yo estaba empezando, había mucho nivel en aquel Zaragoza, con jugadores contrastados por encima de mí. Podía quedarme y jugar ratitos o irme fuera y hacerme futbolista. Fue una decisión acertada.
—El Zaragoza lo recompra en el 2009 y llegó el conflicto entre los dos clubs por la cláusula. Estuvo más de un mes sin jugar…
—Fue surrealista. Estuve en el medio de una discusión entre dos clubs por una mala interpretación de mi contrato. Yo quería jugar, era mi mejor momento, con 24 años… Lo pasé mal. Recuerdo estar todo el día al teléfono y rogar que se aclarara todo. Deseaba jugar con el Zaragoza, pero no tenía autoridad. Era cuestión de un juez. ¡Me pedían 25 millones, mi cláusula! Llamaba al abogado y le decía que yo no tenía esa barbaridad de dinero (sonríe) y él me tranquilizaba, pero fue una época terrible. La peor de mi carrera. Me levanté, pero estar en un juicio casi dos años pesa, por más que quieras estar concentrado y disfrutar, no lo puedes hacer.
—También habrá sido duro todo lo vivido por el tema del presunto amaño en el Levante-Zaragoza que ahora irá a juicio. ¿Cómo lo afronta?
—No puedo hablar mucho del tema, pero tengo la conciencia tranquila, eso por supuesto.
—En el escrito de LaLiga es uno de los ocho exculpados.
—Así es. Lo peor es la sombra de duda, que es un tema feo, desagrable. Lo mejor es que acabe cuanto antes.
—Es hijo de Lafita y sobrino de Villarroya, dos exjugadores del Zaragoza y desde infantiles estuvo en este club.
—Llegué al Zaragoza con 12 años. Es que yo he mamado el zaragocismo desde pequeño. Solo el hecho de que me llamaran a esa edad era algo increíble, luego el jugador es egoísta y cuando logra algo quiere dar el siguiente paso, siempre vas a por más y no te quedas satisfecho. Cuando debuté fue una ilusión de la hostia, pero al mes siguiente ya quieres consolidarte, jugar más, lograr 100 partidos… Siempre quieres más. Ahora al retirarme me doy cuenta de lo logrado y lo valoro mucho más.
—¿Con qué entrenador se queda en su carrera?
—Le estoy muy agradecido a Víctor Muñoz porque él me dio la oportunidad de debutar. Y de todos he aprendido. De Aguirre, mucho, Manolo Jiménez es peculiar, pero aprendí de él, también de Luis García, Lotina apostó fuerte por mí y con él fue mi mejor época como jugador, a Marcelino le tuve muy poco tiempo pero ya se le veían muchas cosas…
—¿Y el mejor jugador?
—Pablo Aimar me marcó mucho y eso que vino al Zaragoza en una época más baja en su carrera, pero hacía cosas increíbles. Ver un futbolista así, cómo recibe y se da la vuelta… Es que era diferente.
—¿Cómo ve al Zaragoza? —Lo primero, ahora es un Zaragoza normal y más estable en lo institucional. Eso es lo que pide un jugador. Deportivamente este paso por Segunda tan prolongado está siendo duro, pero ahora está en el mejor momento. Hablo mucho con Zapa y ahora vamos a ser hasta vecinos. Los veo en el momento propicio para lograr el objetivo de subir. El fútbol es de dinámicas y hay que aprovechar la actual, además vienen de abajo hacia arriba y eso es lo mejor.
—¿Cree que pueden mirar al ascenso directo?
—Están ahí. Yo iría a por todas y más en la dinámica actual. Ganar ocho partidos de nueve es una barbaridad. Les sale todo bien y hay que aprovecharlo. Ganas cuando lo mereces y a veces sin merecerlo. Eso es buenísimo.
—¿Qué le parece la apuesta por la cantera en esta temporada?
—Ya era hora, por fin… Cuando económicamente hay problemas, la vida te la van a dar los de casa. Por sentimiento y porque los has formado tú. En las malas épocas son los que te sacan las castañas de fuego. Este año se ha visto.
—¿Qué destaca de Lasure, Pombo, Delmás y Guti? —De Lasu me gusta el sacrificio y la constancia, de Pombo que tiene algo diferente. Es verdad que es irregular, y yo lo era también, pero propone cosas distintas. Guti es muy completo, con mucho recorrido, y de Delmás me gusta ese descaro que tiene.
—¿Qué sentirá con el ascenso?
—Me habría encantado ser protagonista de ese retorno, pero fui honesto y ahora a ver si lo vivo pronto como aficionado. Ojalá sea esta temporada ya. Será una alegría por el club, por la gente que estuvo jodida y ha tirado para delante y por la afición.
—Esa afición que llenó el derbi donde usted estuvo en el palco y fue ovacionado.
—Lo hablaba el otro día con mi padre en el palco. ¿Qué equipo tiene esta afición? Era acojonante ver el estadio. Es que hay muchos equipos de Primera que no tienen eso ni de lejos. La gente se merece ese ascenso, porque ha estado ahí en los momentos más duros. Es que llevamos sufriendo muchos años, con aquellas permanencias, con el descenso, ahora cinco temporadas seguidas en Segunda. El zaragocismo necesita esta alegría de subir, sería como un título y seguro que pondría un punto de cambio para que el equipo volviera ser lo que fue.
—Fue mucho. Recopa, Copas, habitual en la zona alta.
—Pero no se puede vivir del pasado. Eso es un error. El Zaragoza ha ganado títulos, pero esa no es la realidad ahora. En la vida hay ciclos y estás arriba y abajo. Mucho más en el fútbol.
—¿A qué se va a dedicar ahora?
—Tengo mis cosas en lo laboral, acaba de nacer mi hija y tengo dos niños más. No me va a sobrar tiempo. Quería hacer un paréntesis en el fútbol y volcarme en mi familia y amigos tras tanto tiempo fuera. Me quiero dar un año para los míos. Con el fútbol, voy a hacer un campus para este verano porque me encanta trabajar con niños y para otros retos con este deporte el tiempo dirá.
Respeto y reconocimiento a Ángel Lafita por el Real Zaragoza
«El Real Zaragoza quiere transmitir su respeto y reconocimiento a Ángel Lafita, que este lunes, 2 de abril de 2018, ha anunciado su decisión de poner fin a su brillante y dilatada trayectoria profesional.
Ángel Lafita, partícipe y herededo de una reconocida saga de ilustres zaragocistas, como siempre ha proclamado y demostrado –con el escudo en el corazón- forma parte de la historia de nuestro Club y su sello quedará por siempre grabado en nuestra institución.
Deseamos que esta nueva etapa que hoy se abre contribuya a llenarle de la plenitud que le ha brindado la práctica deportiva, al tiempo que queremos mostrar el agradecimiento por la dedicación y cariño que siempre ha tenido hacia el Real Zaragoza.»
Fuente : web de Real Zaragoza
Ángel Lafita. Su trayectoria
Ángel Lafita comunicó este lunes dos de abril su despedida del fútbol profesional, cuelga las botas tras una buena trayectoria para dedicarse en su ciudad a otras actividades y sobretodo a su familia.
Sin alardes y sin pompas, como a él le ha gustado siempre, decidió redactar un comunicado y mediante el canal de su peña, difundirlo a través de las redes sociales.
La repercusión en medios y las muestras de cariño y aprecio recibidas han sido incontables, emocionando a Ángel.
Ángel desde que regresó de Emiratos podría haber fichado por algún equipo extranjero e incluso alguna oferta nacional, pero no tan interesantes personalmente para afrontarlas y escogiendo finalmente una etapa de vida al margen del fútbol y sobretodo junto a su familia, más considerando su reciente paternidad.
A nivel personal su mayor deseo para poner fin a su carrera hubiera sido haber podido aportar al Real Zaragoza su fútbol y veteranía dentro y fuera del campo, contribuir a devolver al equipo a la categoría que merece, pero como expresaba en el comunicado no se sentía con fuerzas suficientes.
Repasamos su trayectoria deportiva, Ángel Lafita tras pasar por las categorías inferiores del Real Zaragoza disputa con el Real Zaragoza B dos temporadas, 2003/2004 y 2004/2005 en segunda B en las que junto a Longás, Chús Herrero, Linares, Zaparaín, etc. están a punto de ascender a 2ª, sumando Ángel 65 partidos jugados y anotando seis goles.
Es ascendido al primer equipo del Real Zaragoza por Víctor Muñoz en verano de 2005 y debuta en primera división en la primera jornada de liga 2005/06 el 28 de agosto de 2005 en el Vicente Calderón frente al Atlético de Madrid. Esa campaña juega en 13 partidos y en la siguiente 32 buscando un hueco en el equipo de delanteros como Diego Milito, Ewerthon, D´Alessandro, Savio, Sergio García u Óscar.
Formó parte de la plantilla subcampeona de Copa del Rey 2006 y se estrenó como goleador zaragocista en El Sardinero en la temporada 2006/07 en la que el equipo se clasifica para la copa de la UEFA con Víctor Fernández en el banquillo.
En verano de 2007, Víctor Fernández le indica que no va a tener muchas opciones de jugar en el ambicioso proyecto de Agapito de Matuzalem, Oliveira, Aimar, Ayala, Diego Milito & Cía y el «Lince» Lafita en busca de demostrar su calidad marcha cedido por dos temporadas al Deportivo de la Coruña donde en un equipo que apuesta por jugadores jóvenes rinde a excelente nivel, disputa con los gallegos en dos temporadas (2007/08 y 2008/2009) 70 partidos y marca 12 goles, sintonizando con la grada de Riazor y consiguiendo el título de la Intertoto en 2008 y siendo máximo goleador del equipo en 2009 con 9 goles.
Lafita llega a alinearse con los coruñeses la primera jornada de la liga 2009/10 en el Bernabéu para ser el último día del mercado de fichajes cuando el Real Zaragoza, recién ascendido a primera, lo recupera apelando a una opción del controvertido contrato con el Depor, desatando una disputa entre clubs que finalmente se resolvió en los tribunales y donde Ángel fue víctima de la situación, teniendo que entrenar por su cuenta en tanto no se resolvió en LFP sobre su situación.
La segunda etapa de Ángel Lafita en el Real Zaragoza se prolonga tres temporadas (2009/10 2010/11 y 2011/12) en las que juega 97 partidos y marca 11 goles, entre ellos el inolvidable doblete en la victoria en el Bernabéu 2-3, o goles claves para la permanencia en las victorias en el Molinón y en La Romareda ante el Rácing en 2012.
Son temporadas deportivamente críticas, agónicas en el plano deportivo y desastrosas en el directivo, con el equipo peleando por eludir el descenso en la primera de ellas tras una mala primera vuelta los 7 refuerzos de invierno permitieron la reacción iniciada con la victoria 1-3 en Tenerife con goles de Suazo, Colunga y el propio Ángel Lafita.
Las temporadas siguientes son también de sufrimiento con el equipo permanentemente en posiciones de descenso y salvaciones in extremis en la última jornada venciendo ante el Levante y Getafe en sendos desplazamientos masivos de la afición zaragocista. Ángel es pieza importante en el equipo junto a Gabi, Ponzio, Ander, Postiga o Roberto.
Pese a su deseo de renovar con el Real Zaragoza no se alcanzó un acuerdo con la directiva y libre anunció su fichaje por el Getafe, club en el que disputó en primera división tres temporadas y media 2012/13 2013/14 2014/15 y media temporada 2015/16.
Con los azulones disputa 99 partidos oficiales con 16 goles, destacando un doblete en el Nou Camp en empate a dos en mayo de 2014 partido clave para los madrileños, siendo siempre importante en el equipo, tanto en los partidos como en el vestuario. Como circunstancia más negativa en su carrera sufre una grave lesión de rodilla en diciembre de 2014 partido en Los Cármenes de Granada, diciendo adiós a la temporada y afrontando un arduo período de recuperación retornando en la siguiente completamente restablecido.
A comienzos de enero de 2016 recibe una importante oferta del equipo Al-Jazira de Emiratos Árabes y es traspasado por el Getafe a los asiáticos emprendiendo una etapa profesional y familiar diferente. Llega con el equipo en posiciones bajas de la tabla lejos de sus objetivos y consiguen a partir de entonces buenos resultados, disputando hasta junio un total de 18 partidos en tres competiciones: UAE Gulf, la AFC Champions y la Presidents Cup de Emiratos en la que obtiene el título de campeón.
Sin embargo la temporada siguiente 2016/2017 el club decide caprichosamente prescindir de los jugadores extranjeros en plantilla para traer otros y al no alcanzar un acuerdo de rescisión es apartado del primer equipo permaneciendo en Emiratos esa temporada entrenando disciplinadamente y en espera de una solución en forma de acuerdo de rescisión o traspaso.
Finalmente es en verano de 2017, con una temporada más de contrato, cuando alcanzan las partes un acuerdo de rescisión y vuelve a Zaragoza donde sigue entrenando por libre hasta que finalmente centrado en nuevas actividades y en la familia decide retirarse definitivamente del fútbol a los 33 años.
Jugador destacado por sus cualidades de rapidez, técnica y polivalencia en bandas y segunda punta, Ángel ha jugado 10 temporadas como profesional en La Liga, todas ellas en primera división (5 con el Real Zaragoza en dos etapas, 2 con el Deportivo y 3 y media con el Getafe), más de 300 partidos en primera división y 44 goles, siempre ejemplar profesional y compañero, dice adiós a su etapa deportiva, zaragocista de corazón le queda la espinita de no haber conseguido mayores logros que la permanencia en su equipo y tuvo oportunidades en su momento de haber recalado en algún equipo con aspiraciones importantes como el Atlético de Madrid o el Villarreal, también opciones de Premier y liga rusa e incluso se dice que estuvo en la agenda de Del Bosque en su etapa coruñesa.
En lo personal siempre ha sido cercano a los aficionados, a las aficiones de sus respectivos clubs, a las peñas y especialmente a su peña y presto a colaborar para causas donde su apoyo pudiera ser útil, particularmente si están relacionadas con la infancia. Ángel dice adiós al fútbol pero con toda certeza continuaremos sabiendo de él.
Ángel Lafita y Ángel Lafita en la inauguración de la Peña Zaragocista de Perdiguera
El 28 de Septiembre de 2017 es fecha inolvidable para la Peña Zaragocista de Perdiguera que ha celebrado su inauguración con un acto al que asistió el presidente del Real Zaragoza Christian Lapetra, el arquero argentino Cristian Álvarez como representante de la plantilla, el presidente de la FPRZ José Vicente Casanova y dos de los nuestros, Ángel Lafita Garrido y su vástago Ángel Lafita Castillo, que ha manifestado su agradecimiento y orgullo por haber sido invitado a este acto.

Ángel Lafita en la inauguración Peña Zaragocista de Perdiguera. A su lado sentado su padre Ángel. Foto: Real Zaragoza
Han celebrado un coloquio, los futbolistas han firmado autógrafos y han posado en fotos con los aficionados y degustado un agapé.
Como anécdota decir que Ángel Lafita compartió equipo de fútbol sala en Corazonistas de niño con el hijo del presidente de esta peña.
Bienvenidos compañeros a la familia peñista zaragocista.